Consejos para curar vejigas o ampollas

Aparecen por la fricción física como la que produce usar zapatos nuevos, plancharse el pelo o realizar otros trabajos manuales.

M uchos regresamos poco a poco a las oficinas y eso implica volver a usar a diario aquellos zapatos como tacones, botas y mocasines, que estaban guardados en la casa desde hace varios meses. Este retorno puede llegar a ocasionar, en algunos casos la aparición de las conocidas y dolorosas vejigas (o ampollas le llaman) que todos hemos sufrido alguna vez.

Las ampollas son cavidades elevadas llenas de fluido que se crean por debajo o entre las capas de la piel. Algunas pueden ser provocadas por quemaduras, congelación de segundo grado y corrosión química. Sin embargo, la causa más habitual es la fricción física tal como la que produce usar zapatos nuevos, plancharse el cabello o realizar otros trabajos manuales. (Le recomendamos también: Diferencia entre grasas trans y grasas buenas)

Muchos atletas sufren ampollas porque no pueden mantener sus pies secos. Usar talco para reducir la sudoración en los pies o calcetines que absorban la humedad y que sean diseñados para atletas es lo recomendado. Estos calcetines se secan más rápido y reducen la humedad. Cuando se forman las vejigas, las capas superiores de la piel se separan de las inferiores creando esas cavidades huecas que se llenan de fluido tisular (líquido que se encuentra en los espacios que rodean las células).

“Una de las heridas de menor grado y que se presentan comúnmente son las ampollas, que de no tratarse adecuadamente en casa corren el riesgo de infectarse”, dice Juliana Lecompte, directora de Mercadeo de Leukoplast Colombia.

Algunas de sus causas más frecuentes son:

- Eccema (inflamación de la piel).

- Hiedra, roble y zumaque venenosos.

- Enfermedades autoinmunes como el pénfigo.

- Epidermólisis bullosa, una enfermedad que vuelve frágil a la piel.

- Infecciones virales como la varicela zoster (virus que causa la varicela y la culebrilla) y el herpes simple (que causa el herpes labial).

- Infecciones de la piel incluyendo el impétigo.

En general, las ampollas se curan por sí solas. Expertos explican que la piel sobre la ampolla ayuda a evitar las infecciones, así que puedes poner una venda para mantenerla limpia. Asegúrate de que no haya más roce o fricción en la ampolla.

Debes comunicarte con tu médico si:

- La ampolla parece infectada, si está drenando pus, o el área alrededor de la ampolla está roja, hinchada, caliente o muy dolorosa

- Tienes varias ampollas, especialmente si no sabes qué las está causando.

- Tienes problemas de salud como problemas de circulación o diabetes. (Lea además: Beneficios de consumir maní)

No se debe nunca pinchar una vejiga porque la herida puede infectarse. Hay apósitos especiales que cuentan con capas de gel que ayudan a que la ampolla se cure con mayor rapidez. Estos tipos de apósitos se adhieren a la piel hasta que caen por sí solos; pero si la ampolla ya está abierta, primero hay que desinfectar la herida y después utilizar un apósito específico. Si la ampolla se rompe sola, trátala como una herida abierta.

Lava la zona con jabón y agua tibia. Aplica un ungüento antibacteriano y cúbrela con una venda, esparadrapo o un apósito limpio. Se debe estar atento ante la presencia de signos de infección, como enrojecimiento, dolor, hinchazón, o estrías de color rojo que se dirigen hacia el corazón.

Los zapatos estrechos o de materiales sintéticos pueden empeorar el estado de las vejigas en la piel. Si la lesión se produce en los pies, es mejor utilizar unos zapatos amplios y de un material cómodo.